Echando de menos lo que un día estuvo de más. Un corazón roto no se arregla con un par de parches, una cabeza sin rumbo no se arregla con un par de indicaciones.
Camas vacías que no buscan consuelo, amores pasajeros, de fin de semana. Y cuántos secretos guardados en el fondo de aquel cajón, donde ya nadie mira.
Una cama sin historias, una mirada más que perdida. Menos mal que nos queda la poesía, y buena música, que no falte nunca.
"No te pongas a escribir sobre amor un viernes lluvioso" me decían. "Son los mejores días para eso" siempre contesto.
Café, música y un buen libro.
Para los días malos, están las canciones que pueden salvarte. Y menos mal, que en días así son las únicas a quien puedes acudir.
Ah, y poesía, mucha, que no falte.