10 junio 2013

Dice que yo ya no te espero. Un cabrón embustero, es, mi corazón, que miente.

Vamos a contarles a todos la historia de como aprendí que la tristeza también es una forma de vivir.
"Escribir es difícil hasta que te joden la vida", leí en algún sitio que ya ni recuerdo. Y no es así. He visto a personas felices escribir los textos más tristes del mundo, de esos que te miran y solo dan ganas de llorar.
Te miro a ti, y también me dan ganas de llorar. Tú eres feliz y yo me siento como los versos olvidados de algún poeta que ya no escribe.


Fuiste calma en un día de tormenta, fuiste luz en mi rincón de oscuridad, fuiste la gota que colmó el vaso, fuiste... pero ya no eres, ni serás.
Tengo el corazón roto, me mira con cara de pena cada mañana cuando ve que no estás, pero, como leí en uno de esos rincones olvidados "no te preocupes, así tocamos a más".

4 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la entrada, sobretodo la foto que has puesto, es genial!!

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  2. Como cada mes, un gustaso poder leerte.

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  3. Hola he llegado hasta aquí y quería comentarte algo ya que estoy...

    Me ha gustado mucho esta entrada y el texto, la forma en que escribes. Te sigo y voy a seguir leyendo TODO!

    gracias y sigue así!

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Porque sobre lo ideal, ya se ha escrito demasiado. :)