A todos nos gusta de vez en cuando esa sensación de superioridad. Levantarte por la mañana mirarte en el espejo, sonreír y ver lo guapa que te has levantado. Salir a la calle sonriendo, sintiendo que
hoy te comes el mundo. Te apetece hacer cosas como gastarte la tarjeta en vicios caros, una joya de tiffany's, unos zapatos de Louis Vuitton, un perfume de Chanel... mirarte en cada espejo que se ponga en tu camino y sacar todo tu
EGO.
Salir de fiesta, pedir un martini, sonreír con esa sonrisa soberbia, frívola al chico más guapo del local y luego cuando te invite a una copa, llevársela y susurrarle al oído
"No cariño, esta noche no". Guiñarle un ojo antes de irte y luego salir sonriendo con esa sonrisa ladeada que demuestra que esta vez la partida la has ganado tú y lo mucho que eso te divierte.
A todos y cada uno de nosotros nos gusta ser frívolos, soberbios, egocéntricos... a todos. A unos más y a otros menos, pero en cierto modo a todos nos gusta sentir que podemos jugar con el mundo a nuestro antojo sin que nadie lo impida.
Muy buena y acertada reflexión!
ResponderEliminarBESOS
Jajaja! Genial entrada, adoro esos días en los que me levanto sonriendome a mí misma.
ResponderEliminarEsos días son en los que realmente te sientes feliz, feliz contigo misma, no crees¿?
Jaja, pasatee, MMMmuuuacks.